Hay momentos en los que la vida nos hace sentir pequeñas.
Quizá fue un comentario que te descolocó, una mirada que juzgó, una comparación inevitable con alguien más. O, simplemente, ese susurro interno que aparece sin avisar y te dice: “no estás a la altura”.
A muchas mujeres nos ocurre. Nos exigimos tanto, nos medimos con estándares que parecen imposibles y cargamos con culpas que no nos corresponden. A veces confundimos nuestro valor con lo que hacemos, con lo que logramos o con lo que otros esperan de nosotras. Y, desde ahí, nace la sensación de insuficiencia.
Pero déjame recordártelo hoy:
“No, no sólo eres suficiente, eres sobresaliente.
No es que des la talla por los pelos, la das de SOBRA.
Así que cuida a quien camina a tu lado y deja atrás a quien no sepa reconocer tu grandeza.”
Tu valor no depende de tus logros ni de la aprobación de los demás. Está en ti, en tu forma de sentir, de crear, de cuidar, de levantarte incluso en los días difíciles.
¿Por qué nos sentimos “insuficientes”?
- Porque nos comparamos con otras personas olvidando que cada camino es único.
- Porque vivimos bajo un sistema que exige productividad constante, como si ser valiosa dependiera de no parar nunca.
- Porque confundimos perfección con merecimiento.
- Porque hemos interiorizado críticas o juicios que nunca fueron nuestros, pero que calaron hondo.
Y sin darnos cuenta, dejamos que esas voces tengan más peso que nuestra propia verdad.

Cómo empezar a romper con esa sensación
No se trata de negar la duda, sino de aprender a mirarla con otra perspectiva. La próxima vez que aparezca, pregúntate:
- ¿De quién es realmente esta voz que me dice que no valgo?
- ¿Qué prueba real tengo de que no soy suficiente?
- ¿Qué diría yo a mi mejor amiga si ella se sintiera así?
Muchas veces descubrirás que lo que te repites no es tuyo, sino aprendido. Y ahí comienza la liberación.
Un ejercicio de escritura para reconectar con tu valor
Te propongo que cojas tu journal o una hoja en blanco y te des este espacio:
- Nómbralo
Escribe una situación reciente en la que hayas sentido que no eras suficiente. Ponle nombre, descríbela con detalle. - Cuestiónalo
Al lado, escribe: “¿Qué evidencia real tengo de que no valía en ese momento?” Sé honesta: ¿fue una exigencia externa, una comparación injusta, un miedo? - Reescríbelo
Ahora transforma esa situación desde tu fuerza. Redáctala de nuevo, pero esta vez reconociendo lo que sí hiciste, lo que sí lograste, lo que sí vales. - Afírmalo
Cierra el ejercicio escribiendo tu propia versión de la frase:
“No sólo soy suficiente, soy más de lo que creo. No apenas llego, sino que desbordo. Y mi grandeza merece ser reconocida.”
Hazlo tantas veces como lo necesites. Porque escribirlo es empezar a creértelo, palabra a palabra.

Decretos para recordarte que mereces más de lo que dudas
Cuando aparecen las dudas, una de las formas más potentes de enfrentarlas es decretar tu verdad como una afirmación que te devuelve al lugar que mereces ocupar.
Aquí tienes 10 decretos de poder y merecimiento que puedes repetir, escribir o llevar contigo como recordatorio:
- Merezco estar en un lugar donde se valore mi voz, mi presencia y mi esencia.
- No me conformo con menos de lo que deseo: lo que pido no es demasiado, es justo.
- Tengo derecho a crecer, a cambiar de rumbo y a buscar lo que me haga sentir plena.
- Elijo avanzar hacia lo que quiero porque es posible y porque lo merezco.
- No me disculpo por querer más, mi vida merece expansión, no limitación.
- Cada paso hacia adelante confirma que valgo lo que sueño.
- Si algo no me hace bien, tengo la fuerza y el derecho de soltarlo.
- Pedir no me hace débil, me hace consciente de lo que merezco.
- Exigir respeto, amor y reconocimiento no es egoísmo, es dignidad.
- Merezco abundancia, merezco plenitud, merezco lo mejor y voy hacia ello.
El recordatorio que nunca sobra
Las dudas siempre intentarán aparecer. La diferencia está en si les damos poder o las dejamos pasar. Y para que nunca lo olvides:
Eres suficiente. Eres grandiosa. Eres merecedora de lo que quieres. Eres valiosa.
Sofía Alonso Díaz
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR
-

Lo tóxico no siempre hace ruido
Hablamos mucho de un perfil de persona tóxica y de cómo cuidarnos de ella, pero poco hablamos de ese tipo de persona que no hace ruido, pero remueve todo lo que toca. La persona que nunca está en el conflicto… pero curiosamente siempre está cerca cuando algo se rompe. La que no levanta la voz,…
-

Cuando los pensamientos abruman: una vía de escape con música y escritura
Quienes me conocéis sabéis que trabajo con la escritura como herramienta de desarrollo personal.No escribimos siempre para entendernos ni para buscar respuestas; muchas veces escribimos porque necesitamos una vía de escape. Hoy quiero hablar de una situación muy concreta: esos momentos en los que los pensamientos son tantos y tan insistentes que se convierten en…
-

Cuando la duda aparezca, recuerda lo que vales
Hay momentos en los que la vida nos hace sentir pequeñas.Quizá fue un comentario que te descolocó, una mirada que juzgó, una comparación inevitable con alguien más. O, simplemente, ese susurro interno que aparece sin avisar y te dice: “no estás a la altura”. A muchas mujeres nos ocurre. Nos exigimos tanto, nos medimos con…
amorpropio autoconocimiento Autocuidado autoestima bereal Bienestaremocional bloqueoemocional cargaemocional cargasemocionales catarsis conexioninterior creatividad desarrollopersonal dialogointerno Diario Diariodegratitud diariopersonal escribir escribirparaliberar escribirparasanar escribirparatransformar escritura escrituraconsciente escrituracreativa escrituraemocional escrituraexpresiva escriturareflexiva escrituraterapeutica expresar gestionemocional gratitud introspeccion Journal journaling liberacionemocional libro misescritos pensamientos propositos reflexion Reflexiones retopersonalizado silencios taller textos
Escribe con Sofía
Eleva tu bienestar emocional mediante una escritura expresiva, emocional y reflexiva.
Ofrecido con orgullo por WordPress.com

Deja un comentario