Hace tiempo que no me siento conectada con la escritura de la misma manera. Como ya sabéis la mayoría de los que me conocéis desde hace tiempo, durante años, la escritura fue mi válvula de escape a mi presión interna. Empecé a escribir desde muy pequeña, usando diarios como un espacio seguro para expresar lo que no podía decir en voz alta.

Pero Desde hace un tiempo, me di cuenta de que tenía una especie de bloqueo con la escritura que no entendía por qué. Pensé que la sensación de saturación era por estar tan inmersa en ella, el hecho de usarla constantemente para publicar, crear contenido, diseñar ejercicios e impartirla constantemente.

Sin embargo, con el tiempo entendí que esto también había influido pero que me pasaba algo más.

Hoy quiero decir algo que nunca había dicho antes. Empecé a escribir por pura curiosidad, pero la mantuve porque era mi forma de canalizar toda la energía que me desbordaba cuando algo me parecía injusto, no podía enfrentarme a la situación o ni siquiera entendía lo que sentía.

Así evitaba que mi energía se manifestara de forma destructiva. Por lo que para mí fue mi válvula de escape, una manera de manejar la impulsividad, la ira acumulada y de prevenir que esa ira explotara.

Sofía Alonso Díaz