En la encuesta que hice por Instagram, esta fue la frase con la que mas os sentíais identificadas. Es una frase que, al principio, puede parecer simple, pero detrás de esas palabras puede haber una montaña de emociones, pensamientos y experiencias acumuladas. ¿Cuántas veces nos encontramos fingiendo que todo está bien cuando, en realidad, por dentro nos sentimos exhaustas, vacías o llenas de dudas? Ser fuerte no siempre significa tener la capacidad de soportar todo; a veces, significa cargar con un peso que no se ve y que no se menciona.

La fortaleza que nadie ve

Muchas de nosotras hemos sido educadas para creer que ser fuerte es sinónimo de no mostrar debilidad. Desde pequeñas, nos dicen que no lloremos, que no mostremos vulnerabilidad, que todo se puede resolver con determinación. Pero llega un punto en el que la fortaleza se convierte en un disfraz, en una máscara que ocultamos para protegernos de lo que realmente sentimos. Y, en ese proceso, la carga se hace cada vez más pesada.

El cansancio de ser fuerte

El cansancio de ser fuerte no es físico, aunque puede reflejarse en nuestro cuerpo. Es un desgaste emocional y mental que muchas veces no sabemos cómo compartir. Nos sentimos atrapadas entre lo que otros esperan de nosotras y lo que realmente necesitamos: un espacio para descansar, para ser honestas con nosotras mismas y con los demás. Es el agotamiento de mantener una fachada cuando, por dentro, solo queremos soltar todo y gritar «estoy cansada».

Verbalizando lo invisible

Es difícil verbalizar lo que sentimos cuando hemos pasado tanto tiempo callando nuestras emociones, cuando hemos aprendido a guardarlas bajo llave. Pero expresar lo que llevamos dentro es el primer paso para liberarnos de esa carga invisible. No necesitas hacerlo de inmediato ni con todas las respuestas. Solo con reconocer nuestro cansancio ya has dado un paso gigante.

El poder de la vulnerabilidad

Al permitirnos ser vulnerables, nos damos permiso para ser humanas. La vulnerabilidad no es sinónimo de debilidad, al contrario, es un acto de valentía. Al compartir nuestras luchas, incluso cuando no sabemos cómo hacerlo, estamos abriendo una puerta para el entendimiento, la empatía y, sobre todo, la sanación. No siempre es fácil, pero sí es necesario.

Un paso hacia la liberación

Así que, si hoy te sientes cansada de ser fuerte, recuerda que está bien. No tienes que cargar con todo por siempre. Tómate un momento para respirar, para soltar lo que llevas dentro, y si te sientes lista, exprésalo de la manera que te sea posible. Ya sea en palabras, en arte o incluso en silencio.

A veces nuestra honestidad y vulnerabilidad es lo que realmente nos hace fuertes.

El próximo mes de marzo lanzo Taller del Silencio a la Voz, un espacio donde la escritura será nuestro puente entre lo callado y lo expresado. ✨

Si alguna vez sentiste que las palabras se quedaban atrapadas, que había emociones sin nombre esperando salir, este taller es para ti. No necesitas experiencia, solo ganas de escucharte y dejarte llevar por lo que surge en el papel.

Por supuesto, estás más que invitada. 💛 Te contaré más muy pronto. 💌

Sofía Alonso Díaz