La escritura expresiva es una herramienta poderosa. Nos permite desahogar lo que llevamos dentro, poner en palabras lo que a veces ni siquiera sabemos cómo decir en voz alta. Sin embargo, aunque escribir puede ser muy liberador, no siempre lo hacemos de la manera más efectiva. He visto a muchas personas que, al intentar usar la escritura para procesar sus emociones, caen en ciertos errores que, lejos de ayudarlas, las bloquean o las mantienen en el mismo lugar. Hoy te quiero hablar de esos errores comunes, para que si estás escribiendo con el fin de liberar tus emociones, puedas hacerlo de una manera más consciente y sanadora.

1. Escribir solo sobre el problema, no sobre las emociones

Uno de los errores más frecuentes es centrarse únicamente en narrar los hechos, describiendo lo que sucedió, pero sin entrar en las emociones que esos hechos generaron. Claro que es importante contar lo que pasó, pero si te quedas ahí, sin explorar lo que sentiste o sientes, es como si te quedaras en la superficie. No se trata de escribir una crónica de los eventos, sino de ahondar en cómo esos eventos te afectaron emocionalmente.

Consejo: Pregúntate siempre: «¿Qué sentí en ese momento?» o «¿Cómo me hace sentir ahora?» Ve más allá de los hechos y conecta con tus emociones.

2. Esperar que la escritura sea una solución mágica

Otro error común es esperar que la escritura por sí sola «solucione» todo. Si bien es cierto que escribir es catártico y puede generar claridad, no es una varita mágica que lo cura todo instantáneamente. La escritura te ayuda a entenderte, pero eso es solo el primer paso. La sanación es un proceso que incluye reflexión, paciencia, y muchas veces, tomar acciones concretas.

Consejo: Usa la escritura como una herramienta de autodescubrimiento, no como una solución rápida. Después de escribir, tómate el tiempo para reflexionar sobre lo que has descubierto y cómo puedes integrar ese aprendizaje en tu vida diaria.

3. Evitar los temas más difíciles

A veces, sin darnos cuenta, evitamos escribir sobre aquello que más nos duele. Nos quedamos en temas «seguros» porque enfrentarnos a lo realmente doloroso nos da miedo. Puede ser difícil confrontar ciertas emociones o recuerdos, y es fácil caer en la tentación de esquivarlos. Pero cuando evitamos esos temas, el proceso de liberación se queda a medias.

Consejo: Si sientes resistencia a escribir sobre algo, eso probablemente significa que es justo lo que necesitas explorar. Ve despacio, escribe sin prisa, y permítete sentir lo que surja.

4. Ser demasiado duro contigo mismo

Un error que muchas personas cometen al escribir para liberar emociones es ser demasiado críticos con lo que están escribiendo. Juzgarse a uno mismo por lo que siente o incluso por cómo lo escribe puede bloquear completamente el proceso. El punto de la escritura expresiva no es crear un texto perfecto o «bonito», sino liberar lo que llevas dentro. Aquí no hay reglas de gramática, ni de estilo. No se trata de que sea correcto, se trata de que sea honesto.

Consejo: Permítete escribir libremente, sin juzgarte. Si te das cuenta de que te estás criticando mientras escribes, haz una pausa y recuérdate que en este espacio no existen los juicios. Tu escritura es tuya, y todo lo que salga es válido.

5. No revisar lo que escribes

Escribir sobre tus emociones puede ser un acto poderoso, pero si después de soltarlo en el papel no vuelves a revisar lo que has escrito, podrías perderte valiosas lecciones. Revisar tus textos no significa que tengas que «corregir» nada, sino releer para reflexionar. Muchas veces, lo que escribes tiene claves importantes sobre lo que estás sintiendo o pensando, pero si no lo vuelves a mirar, te pierdes la oportunidad de profundizar en esos aprendizajes.

Consejo: Después de escribir, tómate unos días para releer lo que has escrito. Hazlo con calma, sin buscar perfección, solo para ver qué encuentras entre líneas. Muchas veces, al releer, descubres algo que no habías notado en el momento.

La escritura es una herramienta transformadora, pero solo si la usamos de manera consciente y genuina. Si sientes que, a pesar de escribir, no logras liberar esas emociones atrapadas, es posible que alguno de estos errores te esté bloqueando. Recuerda que no se trata de hacerlo perfecto, sino de conectar profundamente contigo mismo, sin juicios ni filtros.

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Sofía Alonso Díaz