Hasta ahora, hemos reflexionado sobre cómo te hablas a ti mismo/a (Paso 1) y cómo te ven los demás (Paso 2). Ahora, en el Paso 3, vamos a centrarnos en un punto clave para fortalecer tu autoestima: la narrativa interna que has construido sobre ti mismo/a.

La narrativa interna son las historias que te cuentas a diario sobre quién eres, lo que mereces, y tus capacidades. Estas historias pueden estar cargadas de creencias limitantes que has interiorizado a lo largo de los años. Pero lo más importante es que, al igual que una historia en un libro, pueden reescribirse.

Hoy trabajaremos en identificar esas narrativas negativas que limitan tu potencial y comenzaremos a reformularlas de una manera más constructiva y empoderadora. Este paso es esencial para cambiar la forma en que te ves y te valoras.

Redescubriendo mi valor Parte 3: Reescribiendo mi narrativa interna

Instrucciones:

1. Identifica tus creencias limitantes

El primer paso para reescribir tu narrativa interna es identificar las creencias negativas o limitantes que has estado repitiendo sobre ti mismo/a. Estas creencias suelen surgir como pensamientos automáticos o frases que te dices en momentos de duda, miedo o frustración.

Haz una lista de las creencias negativas que tienes sobre ti. Sé completamente honesto/a. Este ejercicio es un espacio seguro donde puedes escribir sin censura.

Algunas preguntas para guiarte:

• ¿Qué sueles decirte cuando enfrentas un desafío?
• ¿Cómo te criticas a ti mismo/a cuando algo no sale como esperabas?
• ¿Qué creencias tienes sobre tus capacidades, tu valor o tus relaciones?

Ejemplo:

• «No soy lo suficientemente bueno/a en mi trabajo.»
• «Nunca seré capaz de alcanzar mis metas.»
• «No soy digno/a de ser amado/a.»

2. Analiza de dónde vienen esas creencias

Ahora que tienes identificadas esas creencias limitantes, reflexiona sobre su origen. Muchas veces, estas narrativas no nacen de nosotros mismos, sino que las hemos adoptado a lo largo del tiempo, influenciados por experiencias pasadas, personas o situaciones que nos marcaron.

Escribe de dónde crees que vienen esas creencias.
Piensa en las experiencias o personas que pudieron haberte llevado a creer esas cosas de ti. Esto te ayudará a darte cuenta de que esas narrativas no son verdades absolutas, sino interpretaciones que has hecho a lo largo del tiempo.

Ejemplo:

• «Creo que no soy lo suficientemente bueno/a porque mis padres siempre me exigían más cuando era niño/a.»
• «Siento que nunca lograré mis metas porque en el pasado fracasé en un proyecto importante y desde entonces no me atrevo a intentarlo.»
• «No me siento digno/a de amor porque en una relación pasada me hicieron sentir poco valorado/a.»

3. Reescribe tus creencias

Este es el paso más poderoso. Una vez que has identificado y reflexionado sobre las creencias limitantes, es momento de reescribirlas. Vas a transformar esas narrativas negativas en afirmaciones más constructivas, que reflejen una visión más positiva y realista de ti mismo/a.

Toma cada una de las creencias limitantes que escribiste y cámbiala por una afirmación positiva que empodere tu autoestima. Estas nuevas afirmaciones deben ser realistas, pero al mismo tiempo, desafiantes para los pensamientos negativos.

Ejemplo:

• Creencia limitante: «No soy lo suficientemente bueno/a en mi trabajo.»
• Nueva narrativa: «Tengo las habilidades necesarias para desempeñar bien mi trabajo, y si necesito mejorar algo, puedo aprender y crecer.»
• Creencia limitante: «No soy digno/a de ser amado/a.»
• Nueva narrativa: «Soy una persona valiosa y merezco ser amado/a y respetado/a por quien soy.»

4. Visualiza tu nueva narrativa

Escribe una breve visualización de cómo sería tu vida si creyeras completamente en las nuevas afirmaciones que acabas de crear. Imagina cómo te sentirías, cómo actuarías y cómo cambiarían tus relaciones y tus logros si dejaras de lado esas creencias limitantes y abrazaras estas nuevas narrativas.

Ejemplo de visualización:
«Si creyera que soy digno/a de ser amado/a, me sentiría más seguro/a en mis relaciones. No dudaría tanto de mí mismo/a, y establecería límites saludables, sabiendo que merezco respeto y cariño. Me sentiría más libre de ser yo mismo/a, sin miedo a ser juzgado/a o rechazado/a.»

Reflexión Final:

Recuerda que tus creencias no son estáticas; puedes cambiarlas. Al hacer este ejercicio, no estás negando tus experiencias pasadas, sino reconociendo que tienes el poder de elegir una nueva forma de interpretar tu vida.

Trabajar en nuestra autoestima es un proceso continuo y personal, pero cada pequeño paso cuenta. Recuerda, darte el lugar que mereces comenzando por pequeñas acciones diarias.

Si este ejercicio te ha ayudado a reflexionar y quieres profundizar más en cómo cuidarte y priorizarte, te invito a unirte a mi taller «Priorizándome». En este taller, aprenderás a reconectar contigo misma, a establecer límites saludables y a hacer del autocuidado una prioridad, todo a través de ejercicios prácticos de escritura terapéutica.

👉 Descubre más sobre «Priorizándome» aquí: escribeconsofia.com/priorizandome

Es tu momento de ponerte en primer lugar y recuperar tu poder personal.

Sofía Alonso Díaz