Atrapada en un mar de tristeza y sin poder compartir lo que me pasaba con nadie, así es como me sentía yo. Abrirme a otros me parecía casi imposible, como si mostrar mi vulnerabilidad solo fuera a aumentar mi sufrimiento. Me encontraba hundida en una angustia creciente, y cada día parecía más difícil encontrar una salida. Pero, de repente, te encontré a ti, Sofía.

Escribir siempre había pensado que era aburrido, así que nunca me animé a escribir diarios ni reflexiones. Desde pequeña, me había refugiado en la lectura, disfrutando de las historias de otros. Pero en ese momento de dolor, cuando ya no podía soportar más, me decidí a intentarlo.

Al principio, escribir fue un verdadero desafío. Me resultaba extremadamente pesado y frustrante. Tú lo sabes bien, me costaba mucho. Pero ahí estabas tú, con esas preguntas que parecían tocar justo la tecla que no sabía que tenía. Empecé a escribir, sorprendiéndome de que las palabras salían sin parar. Sentía una mezcla de miedo y emoción, pero, de alguna manera, el alivio comenzó a asomar y la carga empezó a pesar menos.

Los primeros días fueron difíciles, llenos de dudas y resistencia. Pero, poco a poco, los días fueron pasando, y empecé a notar una diferencia. El espacio que tú mencionabas, un lugar seguro para ser, comenzó a hacerse presente en mi vida.

Escribir se convirtió en una forma de meditación para mí. Cada vez que me sentaba a escribir, sentía que estaba liberando un poco de mi estrés y encontrando esa paz que llevaba una década buscando. La escritura no era solo un desahogo; era mucho más. Me enseñaste a no huir del dolor, sino a enfrentarlo, entenderlo y transformarlo.

Recomendaría trabajar contigo, Sofía Alonso Díaz, una y mil veces, especialmente en ese maravilloso programa «Mi Propio Reto». Tu forma de guiarme a través del proceso de escritura expresiva fue excepcional. Gracias a tu apoyo, he aprendido tanto que salgo de este reto con una energía renovada y una fuerza que nunca había experimentado antes.

Para aquellos que se sienten en una situación similar a la que yo viví, quiero decirles que sí se puede salir de ahí. La escritura, con la guía adecuada, tiene un poder transformador increíble. No estás solo, y hay una forma de encontrar la paz y el empoderamiento que buscas. O al menos yo la encontré contigo.

Texto extraído de una conversación con mi maravillosa Elena T. F

¡Gracias siempre!

Sofía Alonso Díaz